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las masas sutiles o en el antro
obra: el bosco
texto: dávila onofre
nos gustaba sentirnos cerca el uno del otro, digamos por obligación, sin voluntad. nos olíamos. sentíamos nuestros cuerpos y sin querer nos acariciábamos, nuestras pieles se rozaban y nos excitábamos. el bien y el mal estaban juntos, mezclados en la obligatoriedad de la masa, de la oscuridad de una sala, teníamos que estar juntos, sentirnos cerca. la música sonaba y nada más podía escucharse, una y otra vez el mismo tono, interminable, nadábamos entre otros cuerpos y nos juntábamos más, cada vez más excitados.
(continúa abajo)