Artista: Andy Medina
Texto: La Dani
Tú no sabes
LII QUI GANNALU. La verdad es que no logro leer la frase, es muy extraña. De hecho, la primera vez que la vi leí “Lili”, como si fuera el nombre de una mujer. Lili es lo más cercano que conozco, así que tiene sentido que lo lea. ¿Pero qué significa? No lo sé.
No tuve otra opción. Me vi obligaba a descubrir su significado en internet. Lo chistoso es que significa “Tú no sabes”. Como si el letrero me estuviera hablando antes de tiempo, burlándose de mí, de mi ignorancia y de todo lo que ignoro, poniéndome en el lugar de un niño que tiene que callarse, agachar la cabeza y estudiar.
Sigo investigando, resulta que la frase está en Zapoteco y que no viene sola. Resulta que hay un buen de cosas que no entiendo. Entre otras cosas, la exposición de Andy Medina cuenta con la compañía de todo un sistema de tránsito del cual no estoy acostumbrada.
Un sistema que se parece al que encontramos en la ciudad: letreros amarillos, flechitas y símbolos. Así que tiene un aire familiar, sabemos que son las leyes del tránsito que se tienen que seguir o de otro modo sería peligroso.
Hay uno que parece un animalito moteado con la lengua de fuera. Me gusta porque me parece lindo. Pero si me pidieran que siguiera esa instrucción, le sacaría la lengua y seguiría de frente. Hay otro con huellitas de persona sin un sentido muy obvio. A simple vista se me hace que es una señal para bailar en grupo. Un punto de reunión de baile. La pregunta más importante es: ¿baile de qué género? ¿de reggaeton? ¿de cumbia? ¿de trap?
Esos son de los fáciles de describir, porque hay otros que ni para qué pensarle. Y como ya admití mi ignorancia, no tengo problemas con tratar de imaginar que significan. Una de esas señales difíciles parece un gorrito de bufón escondido en una pirámide. Hay un sapo aplastado, que significa que hay que tener cuidado, porque es un lugar de accidentes. Hay una vasija/linterna/pesa/objeto extraño que hace que los carros salten y te lleven a otra dimensión astral.
Al igual que el primer letrero, parece que está hecho para burlarse de mí. Para confundirme tanto que uno termina de manera irremediable, muerto por un accidente de tráfico.
No me molesta que lo hagan, digo aquí en la ciudad pasa lo mismo.
Cuando mi tío todavía tenía esperanzas de que manejara, me llevaba a pasear los domingos en la mañana. Según él, era para conocer las calles, los atajos y no sé qué tanto. Es bastante animado, y en una de esas se le ocurrió la brillante idea de mostrarme los mejores topes de la zona.
El tope del que voy a hablar, estaba en una empinada, y pasa por la parte de atrás de una secundaria. Mi tío me llevó hasta donde estaba, y se estacionó a un lado, lo suficientemente cerca para poder verlo.
Pasó un coche, y pasó bien el tope. Mi tío dijo que era una lástima, porque eso significaba que si era de aquí. Pasó otro y sufrió una sacudida bastante grande. Mi tío se rió y dijo que significaba que ese no era de la zona. Que, porque el tope no discrimina, que le gusta llevarse a los ignorantes que no conocen la ciudad y a los ricos ignorantes que les gusta presumir sus carros de lujo que llegan casi hasta el piso. Mi tío me dijo que solo las personas que conocen la ciudad son bien tratados por el tope. Que a los provincianos los desecha, porque no entienden sus reglas.
Al mirar por última vez las señales de tránsito de Andy Medina, pienso en que yo soy provinciana, que no sé nada de su cultura y de sus símbolos. El más cínico diría que no hay razón para aprender esas lenguas indígenas, ellos son los tienen que aprender las señales de tránsito que hay en las ciudades y sobre todo, si quieren trabajo, no les queda de otra más que callarse, agachar la cabeza y aprender.