Salí a caminar a la calle para calmar estos pensamientos, que iban acompañados con ansiedad; al poco tiempo me olvidé de ellos: gente con cubrebocas, gente sin cubrebocas, locales abiertos, atención con cita previa.
Acomodos
meter mis dedos entre su largo cabello, asirlos con fuerza, apenas perceptible para ella, son breves e intensos placeres para mí. después Magdalena me pide que no me detenga.
Ano digital
La gran pantalla, una mensajera íntima que proyecta imágenes y números infinitos, se burla de mi dependencia hacia ella, me lo restriega en la cara, tengo la certeza de que lo hace todo el tiempo.
Boca digital
Eso es lo que me da terror, que un día mi boca quiera irse, largarse, ser independiente, o estar en otro cuerpo más inteligente.
Recuerdos de verano
De mis labios, entre la oscuridad, surge la lengua, sé que es mía pero en este momento no puedo controlarla, hacer que obedezca mi razón.